Reflexiones de un abogado en pausa obligada
Cada vez más cerca está el final de la semana. Esta noche de viernes no sabe igual a las demás. Voy camino a casa, sentado junto a una persona desconocida; por un instante quisiera contarle todo lo que pienso, todo lo que atravieso.
Abro las notas de mi teléfono para dejar salir lo que me pesa, eso que parece abrazarme hasta impedir que mi mente respire.
Por mi cabeza bailan varias ideas. La que pisa más fuerte es la de mi ausencia en el trabajo. Me gusta llamarlo así, aunque insistan en que no lo haga. Hoy recibí la noticia: debo estar en “la banca” una semana. No me sorprende; en el Poder Judicial, los cambios ocurren entre parpadeos.
Ayer lo hablaba con una amiga: lo vertiginoso del devenir diario. Ella atraviesa cambios en su vida laboral, yo me alejo —aunque no del todo— de una pasión: el Derecho.
Mi jefe me llamó a su oficina. Agradezco la deferencia de ir a buscarme a mi lugar. Frente a su escritorio estaba nuestra compañera de Recursos Humanos. Se abrió la conversación con una pregunta:
—¿Qué podemos hacer con Charlie?
Ese nombre… Charlie es el abogado que no solo es abogado. Es quien se ríe del y con el Derecho, el argumentador, el filósofo, el comediante jurídico, incluso el tiktoker judicial (concepto que acuñé tras mi regreso a las redes). Charlie soy yo.
La charla fue clara, ecuánime, coherente. Me mordía la lengua para no interrumpir, pero tuve mi turno. Lo dije:
—No quiero irme.
Él respondió:
—Tampoco quiero que te vayas.
Pasó lo que tenía que pasar. El Poder Judicial Federal es un lugar frío; pretende alejarse de las emociones —como si pudiera—. Ahora toca esperar, pero no por eso decaer ni detenerme. Seguiré creando; aquí estoy y voy a seguir.
Esta noche de viernes la hice mi cómplice, entre lo que dije y lo que callé. He llegado a casa. Me voy a descansar.
Hoy el Tribunal me sentó en la banca, pero el Derecho sigue ahí, levantándome, recordándome por qué sigo creando.
Se terminó.
cacf
@nosolosoyabogado